Es habitual que en muchos hogares encontremos un solo tipo de harina, la clásica de trigo de supermercado, que se emplea tanto para rebozados como para repostería, panes, tortitas y cualquier otra elaboración. También están las harinas sin gluten, ya que suelen ser más ligeras y favorecer las digestiones. Muchas veces no sabemos utilizar los diferentes tipos de harina. Si somos de aquellos a los que nos gusta preparar las masas caseras, ya sean de pasta, pizza, canelones, pan o repostería, estos consejos son infalibles para sacar el mejor partido de nuestras harinas.

Repostería

Lo primero que debemos tener en cuenta a la hora de adquirir una harina es que existen dos grupos: el de las harinas duras, que se caracterizan por tener una alta cantidad de gluten que aporta fuerza a la estructura de las masas y el de las harinas más flojas que tienen menos gluten. Tienen poca tolerancia a la fermentación, por lo que no son recomendables para determinadas piezas de pan y repostería, aunque sí para otras. Esto no significa que sea mejor una harina que otra, sino simplemente que debemos saber para qué la vamos a utilizar.

Bechamel

La bechamel es una salsa muy popular. Hay quienes la quieren más densa, los que adoran que sea harinosa y quienes tienen clarísimo que cada tipo de cocción requiere un tipo de bechamel. Hay algo sagrado a la hora de preparar una buena bechamel: la harina no debe estar cruda. Para ello, lo primero que tenemos que hacer es preparar un roux mezclando partes iguales de harina y manteca, cocinándolas durante al menos 10-12 minutos. Es fácil darse cuenta de que la harina está cruda al probar ya que “los dientes se quedarán ligeramente pegados”. Esta salsa necesita una harina floja, que se debe tamizar antes.

Pasta y canelones

En el caso de los canelones necesitamos que el protagonista sea el relleno, de manera que la harina que utilizaremos debe ser floja, ya que la pasta solo actúa como envoltura. Si vamos a elaborar pasta, por ejemplo tagliatelle, esta será la protagonista del plato, de modo que necesitamos una harina de fuerza, que permite que se pueda trabajar mucho esa masa. Se recomienda una harina 00, a la que incluso se puede añadir semolina de trigo para potenciar esa fuerza.