El Tribuno

En el Valle de Lerma se consolidó “la cultura” de caminar por la calle

Interior ●El mal estado de las veredas afecta profundamente a los peatones. ●●ay falta de interés de los frentistas por mantener en buen estado estos espacios.

Daniel Díaz espectaculos@eltribuno.com.ar

La cultura de caminar por la calle se arraigó en gran parte de las localidades del Valle de Lerma. Esta mala y peligrosa costumbre se origina en múltiples factores, uno de ellos es el mal estado de las veredas. Cerrillos es prueba fiel de esta lamentable realidad, ya que el estado de las aceras céntricas es deplorable. A las baldosas y piedras sueltas, desniveles y roturas se suman tramos donde el piso es prácticamente inexistente.

La situación afecta profundamente a los peatones y de sobremanera a los adultos mayores y personas con discapacidad. Lamentablemente es común ver a la gente en silla de ruedas transitar por la calle, porque hacerlo por las veredas es prácticamente imposible. Lo mismo sucede con las mamás que llevan en conchecito a sus niños.

Zona comercial

Lo llamativo es que los sectores más deteriorados se encuentran en la zona comercial, por lo tanto la más transitada.

En tal sentido, vale la pena recordar que de acuerdo a la normativa vigente, la construcción, mantenimiento y reparación de las veredas es responsabilidad del propietario frentista, salvo en los casos de roturas ocasionadas por obras de empresas de servicios o por la Municipalidad.

Lo que sí resulta evidente es la falta de interés de los frentistas por mantener en condiciones las veredas y la ausencia de controles por parte del municipio, en este sentido.

“Vivo hace 40 años en la avenida principal y nunca se acercaron de la Municipalidad ni del Concejo Deliberante para explicarme ni decirme nada”, contó una vecina.

Esta es una cuestión histórica que debiera revertirse. En definitiva, lejos de representar un gasto resulta una inversión que representa ganancia para todos: embellece la vía pública, revaloriza las propiedades y, especialmente, es funcional a los objetivos de los pueblos que buscan desarrollarse.

Al respecto, el arquitecto Federico Chasni, de amplia trayectoria en materia urbanística, contó a El Tribuno que si bien la localidad no cuenta con un código de planeamiento urbano, adhiere al de Salta capital, donde sí está previsto todo lo que respecta a las responsabilidades, derechos y obligaciones de los frentistas.

Explicó, además, que “el mantenimiento de veredas corresponde a los frentistas. También es cierto que nunca se controló. Lo que sí se hace son las inspecciones en casos de escombros o construcciones. El mal estado de las veredas y su intransitabilidad no solo alcanza al centro, sino también a los barrios más antiguos”.

Chasni aclaró que tanto Cerrillos como otras localidades del área metropolitana debieran contar con un código de planeamiento urbano propio, ya que este se diseña a acorde al crecimiento y a las características de cada ciudad.

El Tribuno intentó infructuosamente contactarse con concejales del municipio, para abordar la problemática.

Importancia de las veredas

La calle es el espacio público por excelencia. Esta se compone de la calzada, por donde circulan los vehículos, y un espacio para los peatones: la acera o vereda. Los especialistas sostienen que “las veredas constituyen el primer espacio público que debemos defender y conservar para el libre desplazamiento de las personas. Esta actividad es lo que le da vida a una calle”. En tal sentido, hay que pensar que no todas las personas tienen la misma capacidad de movilidad. Es decir la posibilidad de caminar o no, por lo tanto son espacios que se deben respetar también para las personas con movilidad reducida: personas mayores y discapacitados. Entonces, se debería al menos tener en cuenta su buen estado, sin entrar en cuestiones más específicas como pendientes, rampas, etc.

“El problema de las veredas es que se respetan poco y no siempre mantienen una continuidad ni están libres de obstáculos para caminar y desplazarse con comodidad y seguridad. Y estos problemas de falta de veredas mal construidas o llenas de obstáculos se presentan en las urbanizaciones menos desarrolladas”, señalan los urbanistas.

Conciencia ciudadana

Luego acotaron que estos problemas obedecen, por un lado, a la falta de conciencia ciudadana, pero también podría deberse a un problema sociológico y hasta psicológico: “Las personas nos miramos a nosotros mismos creyendo merecerlo todo sin pensar en los demás. Y, por otro, a la falta de una fiscalización efectiva del quehacer ciudadano por parte de las autoridades”.

Las localidades del Valle de Lerma vienen dan muestras desde hace varios años que trabajan para que el turismo sea uno de los pilares de su desarrollo. Pero para que esto suceda es imprescindible mostrarse limpio y ordenado, y que ofrezca la posibilidad de recorrerlas de forma amena, confortable y segura.

Artes&vida

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2023-06-10T07:00:00.0000000Z

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