Cuatro mujeres familiares directas de Orlando Amaya, un joven que falleció como consecuencia de una supuesta golpiza en un inquilinato de La Merced, aseguraron ayer a El Tribuno que están completamente en desacuerdo con lo dictaminado en su momento por la Justicia provincial.

“Nosotros queremos expresar nuestro desagrado porque entendemos que durante el juicio celebrado en Contra de C.S. no se tuvo en cuenta el cúmulo de pruebas científicas que logramos reunir, tampoco el dictamen de la junta médica y los distintos testimonios que aportamos en su momento. Rocío Amaya, hermana de la víctima, dijo que después de escuchar durante dos horas el alegato del fiscal y su pedido de 10 años de prisión nos sentimos aliviada. Pensamos que de alguna manera se estaba haciendo justicia, pero no fue así. La mujer que llevó a la muerte a mi hermano fue beneficiada. Nos preguntamos, si hubiera sido al revés. Que la novia de mi difunto hermano hubiera aparecido con el cráneo destrozado, con golpes en todo su cuerpo, desapoderada de sus bienes y viviendo en una pocilga, seguro que le hubieran dado perpetua sin contemplaciones.

Nosotras: Rocío, Ana Laura, Lidia Amaya y nuestra madre Isabel Pistán también somos mujeres y no estamos de acuerdo con los beneficios que se nos otorga al momento de delinquir. Nos molesta que no se hayan tenido en cuenta las pruebas que ameritaban una condena, somos todos humanos e iguales ante la ley.

El beneficio de la duda no es inocencia, por eso estamos solicitando a través de nuestro abogado Rodrigo Escobar, la revisión de la condena en Casación. Qué desilusión y dolor ante una mirada y oídos sordos de un juez que rechazó todas las pruebas. ¿Esto es lo que se llama justicia?, dijo amargada Isabel Pistán, la mamá.