El Tribuno

El entramado de empresas usado para delinquir

Una sociedad con su cuñado, farmacias y dos firmas de combustibles.

De acuerdo con la acusación fiscal, detrás de los prestanombres que utilizó Julio Jalit para defraudar al municipio de Pichanal se ocultaron los reales beneficiarios y destinatarios de los créditos, que no fueron otros que el propio intendente y las firmas Astillero y KyM.

A través de las citadas empresas, Macarón y Klarmann se habrían beneficiado con fondos públicos a través de al menos 496 cheques. Jalit, por un lado, administraba los recursos del municipio y de manera fraudulenta hacía aparecer a Servicios General Victoria y El Mirador Servicios como supuestos destinatarios de los pagos. Del otro lado, participaban de la maniobra Macarón y Klarmann, representantes de Astillero y KyM, quienes se beneficiaban con los montos de los títulos de créditos en connivencia con el exintendente.

Además, Jalit compraba combustible a Astillero -firma proveedora del municipio de Pichanal- para sus fincas privadas.

Durante la investigación fiscal se constató que las farmacias Rivadavia y Cejota pertenecían a la Sociedad de Hecho Jalit-Castillo y recibieron pagos cuantiosos con títulos de crédito. Con esas maniobras se beneficiaron Sergio Castillo y su hijo, Sergio Daniel Castillo Jalit, cuñado y sobrino del exjefe comunal.

Por otra parte, la investigación determinó que Jalit omitió y falseó datos para ocultar su patrimonio. El exintendente tampoco rindió ingresos del Fondo Federal Solidario (Plan Más Cerca); el Plan Alimentario Nutricional Provincial y el Programa de Asistencia Financiera a Provincias y Municipios.

Jalit también fue imputado por contaminación ambiental porque, abusando de su poder, invadió inmuebles privados en los que hizo arrojar residuos (tanto domiciliarios como patógenos) y líquidos cloacales.

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2022-10-06T07:00:00.0000000Z

2022-10-06T07:00:00.0000000Z

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