Como lo dio a conocer

la Secretaría de Minería de Nación se sumó a la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM) en las gestiones ante el Banco Central para destrabar las importaciones que requiere el sector minero para funcionar.

La semana pasada hubo una reunión entre autoridades de las tres entidades para conversar sobre ese tema.

Participaron el director del Banco Central, Arnaldo Bocco; Matías Robles, jefe de Gabinete de la Secretaría de Minería de Nación, y Pablo Gallo, también de dicha secretaría. Por CAEM estuvieron el vicepresidente tercero, Roberto Cacciola; el director Ejecutivo, Luciano Berenstein, y el responsable del Departamento de Legales e Institucional, Santiago Cicchetti.

Desde CAEM se hizo foco en que la industria minera es uno de los únicos tres sectores que han logrado ingreso neto de divisas al país gracias a su balanza comercial marcadamente exportadora. De allí la importancia de encontrar alternativas que permitan que se siga impulsando la producción, la construcción de nuevos proyectos y la ampliación de los actuales. También se dialogó sobre los límites de financiación mediante entidades locales.

Distintos actores de la minería salteña alertaron a este diario la preocupante situación que atraviesan al no poder adquirir insumos y bienes de uso básicos que no se consiguen en el país.

El Tribuno,

FACUNDO HUIDOBRO

El proyecto de la Puna salteña Diablillos, a cargo de AbraSilver, entregó nuevos resultados importantes mientras se encamina a completar una estimación actualizada de recursos minerales en septiembre.

La compañía canadiense anunció el descubrimiento de una nueva zona de plata de alta ley cerca de la superficie del yacimiento que administra en la zona cercana al Salar de Diablillos. “Estamos encantados”, dijo John Miniotis, presidente y director ejecutivo de AbraSilver.

Me gustaría empezar estas líneas con la certeza de no querer acumular disidentes sino que, al contrario, sean un llamado a la reflexión. Recuerdo una conversación con una exalumna de la facultad de Ciencias Naturales de la Universidad de Tucumán quien me planteó una demonización sobre los yacimientos tipo world class, el minado a cielo abierto y muchas otras cosas que son meras réplicas de palabras que están en auge y nos hacen creer que estamos de un lado de la calle o del otro. Obviamente, como docente es mi deber enseñar y traté de hacerlo a partir de ejemplos muy sencillos.

Le pregunté cuántos celulares en uso había en su casa. “Cinco, uno por cada hijo y dos por mis padres”, me respondió. Perfecto, ¿ahora tenés alguna idea de cuántos teléfonos sin funcionar quedaron dando vueltas en tu hogar o simplemente fueron arrojados a la basura sin chance alguna de ser reciclados? “No”. ¿Y computadoras? Le pregunté, con lo cual ella se dio rápidamente cuenta de cuál era mi punto y el punto de nuestra querida población terrestre interconectada a través de la globalización y el consumo masivo.