El modelo de gestión para encarar obras entre Remsa y Vialidad de la Provincia se inauguró y está a prueba con el acondicionamiento de la ruta provincial 27, que se inició en abril pasado.

Está previsto que en octubre próximo comiencen los trabajos de pavimentación sobre los primeros 20 kilómetros del nuevo camino que se construye en paralelo al actual trazado de la vía que une las localidades de Olacapato y Salar de Pocitos.

Esa ruta es clave tanto para los habitantes de la Puna salteña como para el desarrollo de la minería.

El asfaltado se adelantó a lo planeado porque las inclemencias climáticas de la zona destruyen rápidamente las obras de arte que se realizan.

“Vamos casi 14 kilómetros de construcción de la nueva ruta y calculamos que en octubre empezamos con la pavimentación, aunque no esté terminada la ruta, esto porque por los vientos, la lluvia y el hielo se empieza a deteriorar lo que se construyó”, explicó a este diario el titular de Remsa, Alberto Castillo.

Adelantó, además, que los trabajos sobre la ruta 27 se extenderán 10 kilómetros más del proyecto original, que era de 38,6 kilómetros entre Olacapato y Salar de Pocitos.

“Se decidió alargar 10 kilómetros más y atravesar todo el Salar de Pocitos hacia Tolar Grande porque esa parte del salar cuando vienen las lluvias se hace intransitable”, dijo Castillo.

El presupuesto inicial de la obra fue de $212,2 millones, con un plazo de ejecución de 18 meses.

Igual que la ruta que se construirá en Campo Quijano, el acuerdo entre Remsa y Vialidad conlleva un ahorro del 40% en los gastos. La unión tiene otro punto destacable que es que Remsa aporta fondos para reparar las maquinarias viales que pertenecen al Estado provincial.

“Cuando termine esta obra, Vialidad quedará con un parque automotor en perfectas condiciones”, dijo el director de Remsa.