Al menos once personas murieron al impactar ayer un misil ruso en un centro comercial en la localidad de Kremenchuk, en el centro de Ucrania, según informaron las autoridades locales.

El ataque ruso causó también al menos 56 heridos, de los cuales una veintena han tenido que ser hospitalizados, aunque los equipos de rescate continúan apagando el fuego y buscando posibles víctimas entre los escombros.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, informó a través de Telegram que el ataque ruso ha podido causar un número de víctimas “imposible de imaginar”, ya que en el interior del centro comercial se encontraban en torno a un millar de personas.

“El centro comercial quedó en llamas, los bomberos trabajaron denodadamente tratando de extinguir el fuego, el número de víctimas es imposible de imaginar”, agregó Zelensky.

El alcalde de la localidad, Vitaliy Meletskiy, agregó por su parte en Facebook que el centro comercial era un lugar “muy concurrido” y aseguró que “hay muertos y varios heridos”. El presidente ucraniano aseguró -además- que el centro comercial no planteaba “peligro” para el Ejército ruso ni tenía “ningún valor estratégico”.

“Es solo un intento de la gente de vivir una vida normal, lo que enfurece mucho a los ocupantes. Rusia continúa atribuyendo su impotencia a los ciudadanos comunes. Es inútil esperar adecuación y humanidad de su parte”, agregó el mandatario Zelenski.

Atacaron Kremenchuk

Además, ocho civiles murieron ayer en otro ataque ruso en la oriental ciudad de Lisichansk, dijeron autoridades, una ciudad industrial de 217.000 habitantes de la provincia de Poltava, sobre el río Dnieper, donde se ubica la mayor refinería de petróleo de Ucrania. “En la ciudad de Lysychansk los rusos han disparado contra una multitud de personas con lanzacohetes múltiples Uragan, mientras los civiles recogían agua de un depósito. Ocho residentes murieron, y 21 personas fueron llevados al hospital”, dijo Sergei Gaidai, gobernador de la región de Lugansk. Lysychansk es el siguiente objetivo de las fuerzas rusas tras su ocupación total de la ciudad vecina de Severodonetsk, tras semanas de combates que asolaron ambas ciudades y que provocaron la muerte de decenas de civiles.

“Rusia continúa atribuyendo su impotencia a los ciudadanos comunes. Es inútil esperar adecuación y humanidad de su parte”, añadió el mandatario. Por último, el gobernador Gaidai denunció el ataque como “crimen de guerra” y “crimen contra la humanidad”, y dijo que era un “acto cínico de terror contra la población civil”.