Unos 33 mil hinchas de Boca y de Racing coparon el estadio de Lanús en una semifinal con un componente histórico, ya que hacía más de cuatro años (desde la final de la Supercopa que le ganó River al xeneize en Mendoza) que un clásico de Primera no se jugaba con ambas hinchadas. Tras el partido, la AFA y la Liga Profesional agradecieron “el comportamiento, la pasión y la alegría de los hinchas, y a todos los organismos de seguridad y dirigentes que lograron un evento inolvidable”.