La situación procesal de Mauricio Fabián Zambrano, de 27 años, se agravó en las últimas horas. Está acusado de haber matado en el marco de un siniestro vial a Irene Virginia Peronja, de 28 años, el domingo 24 de abril por la mañana, luego de salir de un festival donde consumió bebidas alcohólicas. La carátula pasó de un “homicidio culposo agravado por la conducciónimprudenteyhaber manejado con alcohol en sangre” a un “homcidio simple”, delito este último que prevé una pena que va desde los 8 a los 25 años de prisión. La famlia de la joven víctima, amigos y el abogado querellante, el doctor Franco Anachuri, habían manifestado la necesidad del cambio de carátula entendiendo que el violento hecho estuvo marcado por un “dolo eventual”, según señaló el letrado querellante en diálogo con este medio. Declaraciones que de alguna manera también salieron a contrarrestar las que había señalado el abogado defensor de Zambrano, el doctor Pablo Cisneros Cardozo, quien parafraseando a su defendido sostuvo que “la víctima se había cruzado”, despojando a su cliente de la culpa.

A pesar de las expresiones vertidas por las partes, lo cierto es que más de un testigo entre funcionarios policiales y civiles se acercaron a la Fiscalía Penal de Orán, a cargo de Claudia Carreras, para exponer bajo juramento de decir la verdad lo que observaron minutos antes del espantoso homicidio.

Uno de los declarantes contó que esa mañana, del domingo 24, sobre la ruta nacional 50, tramo de autopista que comprende la ciudad de Pichanal con la de Orán, observó cómo el auto que manejaba el imputado, un Fiat Mobi color rojo, lo pasaba a toda velocidad. A bordo de una camioneta Toyota Hilux, el testigo contó que además de circular a gran velocidad el Fiat zigzagueaba, antes del sobrepaso dijo que se vio acorralado y con su camioneta tuvo que pisar la banquina. Algunos metros más adelante se dio con el trágico escenario donde estaba involucrado el auto que minutos antes lo había pasado.

Otras de las pruebas contundentes en al causa parecen ser las cámaras de seguridad pertenecientes al Sistema de

involucrados

son los que esa mañana abordaban el Fiat Mobi, ambos borrachos. Por el momento el único imputado es el conductor.

Emergencias 911 que registraron el veloz y zigzagueante tránsito del Fiat sobre la ruta 50. Pruebas que condujeron al cambio de carátula. “Zambrano decidió conducir su vehículo de regreso hacia esta ciudad -Orán-, previo ingerir bebidas alcohólicas demostrando con ello un desprecio total hacia la vida ajena y hasta a la suya misma, así, avanzó por la ruta 50 de una manera que, a los ojos de los demás conductores era sumamente arriesgada ya que zigzagueaba”, reza el comunicado oficial a las partes acerca del cambio de carátula a “homicidio simple”.

En ese contexto Zambrano, además de manejar a gran velocidad y con 1,84 g de alcohol en sangre, tamibén “desoyó los bocinazos” y aceleró más para luego terminar matando a la joven Peronja, quien como otras mañanas entrenaba para un evento deportivo.