El Tribuno

Capacitaron a productores de ovinos y caprinos

●Implementación de un adecuado manejo sanitario de los rodeos.

Corresponsalía Tartagal interior2@eltribuno.com.ar

La comunidad de General Mosconi honró un año más a la Virgen de Fátima, la patrona y protectora del municipio norteño nacido al amparo de la industria maderera primero, y del petróleo y el gas en las décadas siguientes, y que comprende los pueblos de Vespucio, Recaredo, Coronel Cornejo y General Mosconi.

Los nombres de las calles más importantes de Mosconi remontan precisamente hacia aquellos primeros inmigrantes que vieron en la riqueza forestal el medio para desarrollar los pueblos del norte.

Ciro Echesortu y Casiano Casas fueron los propietarios de esta finca en la que se asentó lo que años más tarde fue el pueblo de Mosconi.

Décadas después, YPF fundó el Campamento Vespucio, para la residencia del personal jerárquico, empleados y obreros, quienes allí contaban con un hospital de primer nivel en esos tiempos, una proveeduría de primera calidad con precios al costo, una panadería y todos los servicios básicos.

Pero entre General Mosconi y Vespucio existe otro pequeño pueblo al que los lugareños que en los primeros años del siglo XX recorrían la zona, bautizaron con el nombre de pila de un inmigrante español: Recaredo.

Don Recaredo Fernández fue un imigrante que a los 12 años de edad pisó suelo argentino después de bajar de un barco que lo traía de España, su tierra natal. Había nacido en Santander en 1884 y siendo un niño, solo, sin hermanos y sin la compañía de ningún familiar que cuidara de él, se embarcó rumbo a América del Sur. Llegó a Rosario de Santa Fe, una ciudad portuaria que crecía rápidamente, y allí echó sus primeras raíces.

Como todo inmigrante llegado en esos tiempos trabajó en cuanta actividad le fue posible porque para todos ellos se trataba de sobrevivir.

En Rosario se conoció con Rita Córdoba, una jóven nacida en esa ciudad, con quien se casó; tuvieron muchos niños y de todos ellos quedaron solo cuatro, en tiempos que cualquier enfermedad se llevaba a los más pequeños.

110 años atrás, más precisamente en el año 1912, Recaredo y su familia se trasladaron al norte argentino, porque el muchacho se había contactado con fuertes empresarios rosarinos que poseían grandes propiedades e importantes emprendimientos en esta región. Echesortu y Casas fueron los primeros propietarios de las tierras que hoy pertenecen al municipio de General Mosconi. La empresa se dedicaba a la explotación intensiva de la madera y eran propietarios de un gran aserradero ubicado en la entrada sur del pueblo.

Años más tarde por allí pasarían las vías del Ferrocarril General Belgrano.

Recaredo llegó a Mosconi con su familia y se hizo cargo de la administración del establecimiento de Echesortu y Casas. Vivía junto a su esposa y sus hijos a unos pocos kilómetros de donde años más tarde se levantaría Vespucio, en una curva que antecede al campamento.

Ocupaba una modesta casa de madera a la que se llegaba por escarpadas sendas, porque en esos años en la región no había rutas ni caminos.

Como administrador se encargaba prácticamente de todo lo referente a la empresa: la explotación de la madera que provenía de aquellos montes; era el responsable de la venta y traslado posterior de la madera y en general del trabajo diario de los aserraderos, donde trabajaban muchos obreros.

Pero tan solo habían pasado dos años cuando su esposa Rita se enfermó gravemente y falleció, por lo que al muchacho le tocó la dura tarea de hacerse cargo de los cuatro niños, además de su trabajo en la firma de Echesortu y Casas.

Al promediar el año 1920 Recaredo Fernández conoció a Amparo Gutiérrez, una joven española nacida también en Santander, cuya familia luego de venir de España se había quedado para residir en la ciudad de Rosario.

En realidad ambas familias se conocían desde Europa, por eso es que en Argentina y en la medida en que podían hacerlo solían visitarse, sobre todo cuando Recaredo viajaba desde el norte hacia la ciudad santafesina. La amistad dio paso al amor y se casaron.

Amparo pensó que solo viviría en el norte de Salta algunos meses y que luego con su esposo y los hijos de este podrían regresar a Rosario; pero la vida les deparaba otro destino.

En 1930 Recaredo Fernández dejó su trabajo como administrador de Echesortu y Casas porque adquirió una finca de 880 hectáreas ubicada al norte de Tartagal, en el paraje Yariguarenda, hoy conocido como paraje Vírgen de la Peña.

Con el paso de los años y el duro trabajo de Recaredo y de Amparo, la finca comenzó a producir cítricos, verduras y legumbres, sin dejar de lado la explotación maderera.

Del matrimonio con Amparo Gutierrez nacieron 3 hijos, el mayor de nombre Recaredo igual que su padre; Amparo, y un hijo menor que murió a los 7 años tras contraer difteria.

Las jornadas se realizaron en Cachi y Seclantás y estuvieron a cargo de profesionales de la Dirección General de Ganadería y el Senasa.

La Secretaría de Desarrollo Agropecuario continúa trabajando para ofrecer a los pequeños productores las herramientas necesarias para la implementación de un adecuado manejo sanitario de ovinos y caprinos.

Con ese objetivo envió una comisión de trabajo a Cachi y Seclantás para realizar una capacitación acerca de esa temática e informar sobre legislaciones vigentes.

Con el acompañamiento de las municipalidades de Cachi y Seclantás, capacitaron sobre brucelosis caprina, brindaron datos sobre la ley ovina y pusieron énfasis en la importancia de que los productores se registren en el Renspa del Senasa, y Marcas y Señales de la Provincia de Salta.

Por su parte el Senasa (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) avanzó en el procedimiento de sangrado de animales para cumplir con la Determinación Obligatoria del Estatus Sanitario (DOES) en los rodeos reproductivos y así poder identificar los establecimientos infectados para su saneamiento, en el marco del Plan Nacional de Control y Erradicación de Brucelosis Bovina.

Participantes

Participaron de las actividades el intendente de Seclantás, Mauricio Abán; el diputado provincial por Molinos, Fabio López; el secretario de Producción de Cachi, Abel González; en representación del Senasa, Diego Lizárraga y Walter Saldaña, y en representación del Ministerio de Producción y Desarrollo Sustentable, el director general de Ganadería, Ignacio Chavarría, y Alejandra Panigutti.

El Senasa avanzó en el procedimiento de sangrado de animales para cumplir con la Determinación Obligatoria del Estatus Sanitario en los rodeos reproductivos y así poder identificar los establecimientos infectados para su saneamiento.

Salta

es-ar

2022-05-15T07:00:00.0000000Z

2022-05-15T07:00:00.0000000Z

https://edicionpdf.eltribuno.com/article/281698323346599

El Tribuno